viernes, 17 de junio de 2016

Origen del jabón europeo

Origen del jabón europeo:



Los germanos y los celtas utilizaban grasa de cabra, y cenizas de abedul para fabricar sus jabones. El jabón era, según el historiador romano plinio, un invento galo.

Los galos fabricaban, sus jabones con cenizas de haya y sebo o grasa de jabalí y lo usaban según plinio para teñirse sus largas melenas, de rubio o pelirrojo.
El olor de la grasa rancia les resultaba bárbaro a los romanos, que como los griegos y etruscos se elevaban frotándoce por el cuerpo una mezcla de aceites aromáticos y arena o ceniza que luego eliminaban con un estrigilo.

En la historia del jabón se entrelazan a menudo la literatura y la leyenda. Ya en el siglo VI a.C, Homero narra en La Odisea cómo Naucasía, hija de Feacia, junto con sus sirvientas, pateaba en el agua del río la ropa sucia hasta dejarla completamente limpia. Así, a ese primer método detergente se le llamó "pie de doncella". Otra leyenda cuenta que el jabón fue descubierto accidentalmente en Roma, por un grupo de mujeres que lavaba su ropa en el río a orillas del Monte Sapo. En dicho monte se efectuaban diversos sacrificios de animales, y los restos de grasa animal se mezclaban con ceniza y otros restos vegetales, que al llover eran arrastrados monte abajo.

 Dicha mezcla de grasa con ceniza acababa en el río, donde las lavanderas observaron que la ropa quedaba más limpia al frotarla con ella. Realizando un análisis superficial podría ser cierto, todo coincide perfectamente, incluso la palabra jabón en italiano se escribe sapone, y el monte Sapo está en Italia, pero todos sabemos que el hombre va adecuando poco a poco las viejas historias, quizá esta que se contaba en Roma aproximadamente en el año 1000 a.C. haya sido modificada por algún lugareño, o no, pero es una de las varias que seguramente andan por allí. Pero dejando al margen estos mitos y leyendas, y centrándonos ahora en la parte histórica, hay indicios de que ya en la antigua Babilonia se usaba el jabón, y que también los sumerios y los hebreos lo conocían.

 Así mismo, los egipcios lo utilizaron tanto para lavar la ropa como para fines medicinales. En el siglo I d.C , el naturalista e historiador romano Plinio, nos habla en sus escritos de un jabón blando conocido por los antiguos pueblos germanos, y otro jabón más duro utilizado por los galos. También en el siglo II d.C., el médico romano Galeno nos facilitó las primeras noticias sobre el empleo del jabón como medio curativo, así como para la fácil eliminación de la suciedad del cuerpo y de los vestidos.

 La fórmula más antigua conocida del jabón, data aproximadamente del 2250 a.C., pero fue en el siglo VII y precisamente en la ciudad italiana de Savona (a la cual debe su nombre) donde se empezó a elaborar un jabón a base de aceite de oliva, que también se hacía en España y era conocido como "Jabón de Castilla". La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural, procedente de las cenizas de las algas marinas. En el siglo XV aparece también el conocido "Jabón de Marsella", preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. En el siglo XVI el jabón era extremadamente caro, por lo que su uso no estaba muy difundido. Es por ellos que no fue realmente hasta el siglo XIX, cuando se expandió el uso del jabón a lo largo de Europa y el resto del mundo. Desde entonces hasta ahora, lo que ha evolucionado más en el mundo del jabón no ha sido tanto su formulación como su apariencia.

 Así, los jabones han pasado de su antiguo tacto rudo y aspecto poco agradable (no olvidemos que seguían elaborándose con grasas animales impuras y ceniza), a la cuidada presencia del jabón industrial que conocemos actualmente, o las vistosas presentaciones de los jabones artesanales de hoy en día. ¿Qué es saponificación? Saponificar, en términos sencillos transformar en jabón mediante un procedimiento relativamente sencillo los aceites vegetales y las grasas animales.

 Al mezclar ácidos grasos con soluciones alcalinas se obtiene el jabón, las grasas animales y los aceites vegetales están formados por ácidos grasos, la solución alcalina se obtiene mezclando hidróxido de sodio con agua. Realizado esto con todos los cuidados necesarios y con las fórmulas adecuadas, que dependen de tablas llamadas de saponificación, se obtiene el jabón. ¿Cómo limpia el jabón? 

Una molécula de jabón la forman una cadena de átomos entre los que se puede distinguir una cabeza y un extremo, ambos tienen funciones diferentes: la cabeza atrae el agua y el extremo la suciedad, así mientras la cabeza se sumerge en la suciedad la empuja hacia fuera, el extremo la lleva hacia el agua. Mas sencillamente el jabón se adhiere a la suciedad primero y se queda en la espuma y nosotros terminamos el proceso al realizar el enjuague, o sea retiramos los restos de jabón y la suciedad.

El origen del jabón se sitúa en la cultura fenicia, hace 3000 años. Obtenían el jabón del aceite de oliva y sosa caustica (hidróxido de sodio). Los egipcios fabricaban jabón con una mezcla de arcilla fina y carbonato de sodio. En europa los germanos y los celtas usaban grasa de animales y cenizas de abedul. Se puede saber que la primera referencia histórica del jabón es de los fenicios, pero el invento del jabón se produjo en varios lugares y culturas distintas.Hay una leyenda romana que habla del descubrimiento del jabón por los aldeanos que vivian junto al río Tiber, porque se hacian muchos sacrificios de animales, y su grasa se juntaba con las cenizas de la madera de los fuegos. Estos habitantes descubrieron por casualidad que esa mezcla servía para limpiar.

Jabón e higiene:

El jabón mejoró un poco la higiene de la población en Europa, tras la edad media, aunque seguía siendo un producto de lujo. De esta forma se dejaron de producir las grandes epidemias como la peste negra, que diezmaban a la población. Precisamente por la peste negra, se extendió la creencia del peligro del agua para el baño, porque se pensaba que el mal estaba en el agua. 


En el Renacimiento las costumbres higiénicas tampoco mejoraron mucho, ya que la gente no se bañaba más que unas pocas veces al año. En esta época fue cuando empezaron a usarse los perfumes de forma masiva. En el siglo XVIII fue cuando se empezó a fabricar un jabón más barato, que llegó a utilizarse de forma más amplia por la población, y el en siglo XIX, gracias a Luis Pasteur, se popularizó la higiene entre la población, ya que demostró la importancia de la higiene para reducir la propagación de enfermedades.

Breve historia del jabón:

La primera gran fábrica de jabones en Europa la construyeron los árabes en Sevilla, y en el siglo XV se empezó a conocer como el jabón de Castilla. en el XVI se amplió la fabricación y se exportaba a la recien descubierta América.

En 1786, Nicolas Leblanc, un cientifico arruinado en vida pero que ha pasado a la historia después de muerto, inventó un nuevo método para obtener la sosa, a partir de la sal marina, abaratando considerablemente el proceso de fabricación del jabón. Básicamente, la sosa caustica hace que los cuerpos grasos se dividan en sus distintos componentes. A partir de este momento se industrializa la fabricación del jabón.Durante la primera y segunda guerra mundial había escasez de grasas animales, y se empezaron a utilizar otros componentes químicos, mucho más baratos, para la obtención del jabón.

Empezaron a aparecer jabones sintéticos, productos no jabonosos empleados para lavar ropa, pero que son muy eficaces con las manchas. Las innovaciones en la segunda mitad del siglo XX han sido muchas, como los detergentes en polvo, blanquean tés, suavizantes, quitamanchas, etc., aunque también hoy en día hay preocupación por los efectos que algunos de estos componentes causan en el medio ambiente.



En los tiempos actuales el cuidado de la piel es, en el ámbito de la salud, uno de los factores más importantes a tener en cuenta. Debido al daño del sol y a la gran contaminación del aire que existe en las ciudades, la exposición con el ambiente genera hoy daños que deben ser revertidos y cuidados para mantener la piel siempre en el mejor estado de conservación, además de prevenir lesiones e inconvenientes futuros.
La acumulación de grasa y suciedad es lo que más atenta contra la piel, debido a que dificulta su respiración natural. Es por ello que su higiene es determinante, ya que si se encuentra limpia estarán sus poros más permeables. Una excelente opción para su lavado es mediante jabones naturales. En primer lugar presentan una gran ventaja: no poseen grandes cantidades de químicos ni sustancias nocivas, con lo cual ya es un primer paso frente a los jabones de procedencia industrial. 

En segundo lugar, debido a que están fabricados con ingredientes naturales, su limpieza es más higiénica y noble, procurando obtener suavidad con productos que apenas son modificados desde su origen. Además de ello, las esencias que poseen son mucho mejores que las industriales, con lo cual, asearse con jabones naturales no sólo posee beneficios en la limpieza sino también en el resultado final, ya que otorgan un exquisito perfume. 

Debido a ese exquisito aroma, en lugares como el baño también pueden tenerse algunos de ellos en frascos, aunque no se utilicen, ya que su esencia comenzará a teñir el ambiente volviéndolo más agradable. Actualmente existe una extensa variedad de fragancias innovadoras como romero o frutos del bosque.

Por otra parte, para las pieles más sensibles, existe la opción de utilizar jabones neutros. Estos prescinden directamente de químicos y productos con algún grado de nocividad para la limpieza. Así, se puede aprovechar a la perfección los efectos del lavado sin por ello tener reacciones alérgicas con la piel.
En muchos casos, para no hacer un abuso de los jabones naturales, pueden intercambiarse cada dos o tres días para no acostumbrar a la piel al mismo efecto.

Mantener siempre la piel de nuestro cuerpo limpia es muy importante para evitar problemas en el futuro. Es relevante destacar, además, que lavarse con abundante jabón no presenta incovenientes, aunque se recomienda, en esos casos, utilizar también suficiente agua para el enjuague, procurando que no queden restos adheridos en la piel.
De acuerdo con datos del Ministerio de Medio Ambiente, en España se tiran por el fregadero dos de cada tres litros de aceite que se utilizan en los hogares. Aunque existen muchos ‘puntos limpios’ en el país, la mayoría de personas aún opta por arrojar el aceite usado por el desagüe, sin considerar que cada litro puede llegar a contaminar hasta 50.000 litros de agua en ríos o mares.
El procedimiento adecuado para evitar la contaminación por aceites en las aguas naturales y para facilitar la purificación del agua en las plantas de tratamiento es ir acumulando el aceite usado en un depósito de vidrio bien sellado y, cuando ya esté lleno, llevarlo a un ‘punto limpio’.
Sin embargo, hay un procedimiento que va más allá de eso y que no sólo contribuye con proteger el medio ambiente sino que además nos podría hacer ahorrar algunas monedas. Se trata de fabricar jabón casero con el aceite utilizado. La revista digital Autosuficiencia Económica nos da la receta (muy fácil la verdad).
Para empezar mencionaremos los ingredientes: 2,5 litros de aceite usado, un bote plástico de pintura de 25 litros (vacío), un palo para revolver, moldes de plástico o tergopol, agua, soda cáustica (hidróxido sódico), sal común, colorante de tartas y medio vaso de lavavajillas para darle aroma al jabón.
Como primer paso, debes llenar un bote con 2,5 litros de agua y agregarle el colorante de tartas que desees hasta teñirla. En un ambiente ventilado, se debe diluir en el agua (con un palo) medio kilo de soda cáustica y un puñado de sal. Como esto genera una reacción de calor, hay que esperar algunas horas a que se enfríe (se recomienda usar guantes y gafas protectoras).
Cuando la mezcla esté fría, se debe añadir lentamente el aceite usado (previamente filtrado con un colador muy fino) sin dejar de revolver hacia un mismo lado (para evitar que se ‘corte’). Esta mezcla se debe calentar hasta la ebullición y dejarla así dos horas. Si deseas, puedes agregar hierbas aromáticas cuando la temperatura esté en 40 grados.
Cuando la mezcla se espese, la deberás echar en los moldes y la dejarás endurecer durante algunos días (si las colocas en el congelador acelerarás este proceso). Finalmente, se retiran los jabones de los moldes y listo. ¡El jabón casero estará hecho!

Bueno mis amigos, espero les haya gustado este tema y nos encontraremos en otra, oportunidad se despide su amigo de siempre Carlos Pineda.   




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